La nutrición puede ser un factor clave para llevar tu entrenamiento al siguiente nivel.
Durante el ejercicio, el cuerpo necesita energía para funcionar y rendir al máximo. Esta energía proviene de los tres macronutrientes principales: carbohidratos, grasas y proteínas. Cuando estos nutrientes se queman, el cuerpo produce trifosfato de adenosina (ATP), que es la principal fuente de energía para el cuerpo. Si no se utiliza de inmediato, el exceso de energía se almacena en forma de fosfocreatina, glucógeno y grasa.
En función de la intensidad y la duración del ejercicio, es posible que necesites un impulso de energía adicional que te permita rendir al máximo. En estos casos, el trifosfato de adenosina (ATP) se convierte en la principal fuente de energía. Por ello, es importante asegurarse de tener suficientes reservas de nutrientes en el cuerpo antes de empezar el entrenamiento. En resumen, la nutrición juega un papel fundamental en el rendimiento deportivo.
Consumir los nutrientes adecuados en las cantidades correctas puede ayudar a maximizar la energía disponible durante el ejercicio y mejorar la capacidad del cuerpo para rendir al máximo.
Te dejo unas claves esenciales para sacar el máximo partido a tu comida antes del entrenamiento:
- De 30 a 40 minutos antes del entrenamiento: en este caso, es recomendable consumir alimentos ligeros y de fácil digestión. Una fuente de hidratos de carbono y una fuente de proteína será suficiente, ejemplos: Un plátano con una batido de proteínas, queso fresco batido 0% natural con cereales, dos rebanadas de pan blanco con pavo u otra fuente de proteína de alto valor biológico.
- De 1 a 2 horas antes del entrenamiento: en este periodo de tiempo, es conveniente comer una comida completa que contenga carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables. Algunas opciones son: pollo o pavo a la plancha con arroz integral y verduras, un batido de proteínas con frutas y nueces, o un sándwich de pan integral con aguacate, queso y pavo.
- De 3 a 4 horas antes del entrenamiento: si tienes suficiente tiempo antes de la sesión de entrenamiento, es aconsejable optar por una comida completa que contenga carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables. Algunas opciones pueden ser: una ensalada de quinoa con pollo o tofu, vegetales frescos y frutos secos, un bol de arroz integral con salmón a la plancha y verduras al vapor, o un filete de ternera con patatas al horno y brócoli.
Recuerda que cada persona es diferente y puede tener necesidades nutricionales distintas, por lo que es importante experimentar y encontrar qué alimentos te funcionan mejor antes de entrenar.
También es importante beber suficiente agua antes, durante y después del entrenamiento para mantenerse hidratado.
Mi recomendación es llegar con cierto vaciado gástrico para que no influyan síntomas como la pesadez en el estomago durante tu entrenamiento.
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